Pago de Carraovejas
La crianza impone que la madera de las barricas sea, junto con la uva, la otra gran preocupación de la bodega. La selección de las más de 3000 barricas se hace tras muchas pruebas y controles, con no pocos proveedores, en sus tonelerías y en la bodega, consiguiendo una selección excepcional de grano extrafino.
Las barricas se disponen en un solo nivel para facilitar los trabajos de relleno y análisis de las mismas con el objeto de vigilar sus perfectas condiciones sanitarias.
Los vinos pasan por barricas nuevas y seminuevas de roble francés y americano con una vida máxima de tres años.
La crianza abarca desde los doce hasta los veinticuatro meses, dependiendo del tipo de vino.
Durante todo el proceso se van realizando catas organolépticas que determinarán su destino final: Crianza, Reserva —en determinadas añadas— y Vendimia Seleccionada Cuesta de las Liebres —sólo en cosechas excepcionales—.
Tras su paso por barrica, estos vinos son clarificados con clara de huevo natural.
El embotellado se realiza siempre en primavera y la permanencia en las botellas va desde seis hasta veinticuatro meses.