Pago de Carraovejas
Uno de sus vinos más emblemáticos es el Pago de Carraovejas Crianza, que ha ganado renombre por su elegancia y complejidad. Aquí tienes una descripción general del vino:
Aspecto: El vino Pago de Carraovejas Crianza presenta un color rojo cereza profundo, indicativo de su concentración y madurez.
Aroma: En nariz, se revela una intensidad aromática cautivadora. Se aprecian notas frutales como cereza negra y mora, complementadas con toques de vainilla y especias, resultado de su crianza en barricas de roble.
Sabor: En boca, el vino es equilibrado y estructurado, con taninos suaves pero presentes. La fruta madura se combina armoniosamente con las notas de crianza, aportando complejidad al conjunto. Pueden percibirse matices de regaliz, cacao y un final persistente.
Crianza: El vino Pago de Carraovejas Crianza se somete a un periodo de crianza en barricas de roble, lo que contribuye a su carácter refinado. Este proceso aporta tanto notas aromáticas como características sensoriales que lo distinguen.
Maridaje: Este vino es versátil en la mesa y marida bien con una variedad de platos. Combina especialmente bien con carnes rojas asadas, cordero, quesos curados y guisos de caza.
Es importante recordar que las descripciones pueden variar ligeramente entre cosechas y que la experiencia personal al degustar un vino también es subjetiva. ¡Espero que esta descripción te haya proporcionado una idea general del perfil del vino Pago de Carraovejas Crianza!
La crianza impone que la madera de las barricas sea, junto con la uva, la otra gran preocupación de la bodega. La selección de las más de 3000 barricas se hace tras muchas pruebas y controles, con no pocos proveedores, en sus tonelerías y en la bodega, consiguiendo una selección excepcional de grano extrafino.
Las barricas se disponen en un solo nivel para facilitar los trabajos de relleno y análisis de las mismas con el objeto de vigilar sus perfectas condiciones sanitarias.
Los vinos pasan por barricas nuevas y seminuevas de roble francés y americano con una vida máxima de tres años.
La crianza abarca desde los doce hasta los veinticuatro meses, dependiendo del tipo de vino.
Durante todo el proceso se van realizando catas organolépticas que determinarán su destino final: Crianza, Reserva —en determinadas añadas— y Vendimia Seleccionada Cuesta de las Liebres —sólo en cosechas excepcionales—.
Tras su paso por barrica, estos vinos son clarificados con clara de huevo natural.
El embotellado se realiza siempre en primavera y la permanencia en las botellas va desde seis hasta veinticuatro meses.