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Vino con cuerpo: qué es y cómo elegirlo

¿Qué significa que un vino tenga cuerpo?

Cuando hablamos del «cuerpo» de un vino, nos referimos a la sensación física que deja en la boca: su peso, densidad y volumen.

Es un término que describe cómo se siente el vino al beberlo, más allá del sabor o el aroma. Un vino con cuerpo se percibe denso, redondo, envolvente, con una textura que llena el paladar. Esa sensación está influida por factores como el nivel de alcohol, la cantidad de taninos, los azúcares residuales, el glicerol y el tipo de crianza.

Por ejemplo, un tinto reserva con 14,5% de alcohol y crianza en barrica tendrá mucho más cuerpo que un blanco joven con 11%.

También importa la variedad de uva: la Syrah o el Cabernet Sauvignon suelen dar vinos con cuerpo, mientras que un Pinot Noir o un Verdejo tienden a ser más ligeros. Entender qué es el cuerpo del vino te permite anticipar su estilo, encontrar maridajes adecuados y elegir según tus gustos personales.

Para resumirlo en una linea: es una forma de medir la presencia y personalidad del vino en boca.

El cuerpo del vino: una cuestión de sensaciones

El «cuerpo» del vino es una forma coloquial y sensorial de hablar sobre su peso en boca. Es decir, cómo se siente el vino cuando lo tienes en la boca. ¿Es ligero como el agua? ¿O más denso, como un chocolate caliente? Esa sensación tiene que ver con su composición, pero también con cómo responde tu paladar.

¿Qué influye en el cuerpo de un vino?

Hay varios factores que afectan directamente al cuerpo del vino:

  • Grado alcohólico: cuanto mayor sea el porcentaje de alcohol, más denso y cálido parecerá el vino.
  • Taninos: presentes sobre todo en los tintos, aportan textura y estructura. Son responsables de esa sensación secante.
  • Azúcares residuales: si no se fermentan todos los azúcares, queda una leve dulzura que añade densidad.
  • Glicerol: subproducto natural de la fermentación que también añade suavidad y cuerpo.
  • Crianza en barrica: los vinos envejecidos en madera suelen ganar en complejidad y peso.

Todo esto, combinado, le da a un vino esa sensación de ligereza, medio cuerpo o mucho cuerpo.

¿Cuáles son los niveles de cuerpo?

Para hacerlo fácil, podemos dividir el cuerpo del vino en tres categorías principales:

  1. Vino ligero
    • Frescos, fáciles de beber, nada pesados.
    • Ejemplo: un Pinot Noir joven o un blanco como Albariño.
  2. Vino de cuerpo medio
    • Algo más presente, pero sin saturar.
    • Ejemplo: Merlot, Tempranillo joven o Garnacha.
  3. Vino con cuerpo (cuerpo completo)
    • Ricos, densos, envolventes. Dan la sensación de llenar la boca.
    • Ejemplo: Cabernet Sauvignon, Syrah, vinos del Priorat o Toro.

¿Cómo saber si un vino tiene cuerpo sin probarlo?

Aunque lo ideal es catarlo, puedes hacerte una buena idea con solo mirar:

  • Graduación alcohólica: si tiene más de 13,5%, es probable que tenga buen cuerpo.
  • Variedad de uva: algunas uvas naturalmente producen vinos más densos (como Syrah o Malbec).
  • Denominación de origen: zonas como Priorat, Ribera del Duero o Toro suelen producir vinos intensos y estructurados.
  • Fichas técnicas o descripciones del vino: si lees términos como «intenso«, «estructurado«, «con volumen«, «potente«… ya sabes por dónde van los tiros.

Maridaje con vinos con cuerpo

¿Tienes un vino con cuerpo entre manos? No lo arruines con una ensaladita. Estos vinos necesitan platos que estén a su altura:

  • Carnes rojas asadas o a la parrilla
  • Guisos de larga cocción
  • Quesos curados e intensos (como un Manchego viejo)
  • Platos con salsas especiadas o reducciones

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¿Es mejor un vino con cuerpo?

Depende de ti. Hay quien ama la potencia y la profundidad de un vino con cuerpo, y quien prefiere la frescura y ligereza de uno joven y vivaz. Como casi todo en el mundo del vino, no hay reglas absolutas, solo gustos personales.

Lo que sí es cierto es que, para ciertos momentos —una cena potente, un invierno frío, una velada para disfrutar sin prisas—, un vino con cuerpo es un auténtico placer.

Expresiones que escucharás en una cata

  • “Este vino tiene estructura”: tiene cuerpo, taninos bien integrados y equilibrio.
  • “Es un vino opulento o voluminoso”: tiene cuerpo y sabores intensos.
  • “Es un vino denso o carnoso”: sientes literalmente su peso al tragarlo.

¿Y si quiero empezar a explorar vinos con cuerpo?

Te dejamos algunas recomendaciones para empezar sin miedo:

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Cuando alguien dice que un vino tiene cuerpo, está hablando de una experiencia física, emocional y sensorial. Es como si el vino te abrazara la lengua y se quedara un rato contigo. Ya sabes que no se trata solo de oler y tragar: el cuerpo del vino es lo que le da esa presencia que muchos buscan.

¿Y tú? ¿Con cuál te quedas? ¿Ligero, medio o con cuerpo?

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