El secreto de estos vinos se encuentra en las viñas viejas de Tinto Fino que se cultivan en la pequeña parcela de cinco hectáreas y en una muy controlada selección de la uva, tanto en viña como en bodega. El despalillado se realiza manual, desgranando las uvas más maduras de cada racimo.
El proceso de maceración y fermentación dura unos veinte días, para seguidamente pasar a las barricas para su fermentación maloláctica y la crianza, en la que el vino reposa unos 18 meses en barricas nuevas de roble francés.